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Resumen

Las tortugas marinas han sido parte importante de la cultura humana desde tiempos ancestrales, valoradas especialmente por su carne, caparazón y huevos. Sin embargo, la sobreexplotación en los años setentas provocó una alarmante disminución de sus poblaciones, lo que conllevó a la implementación de leyes para su protección, y una veda total en los años noventa en México. Actualmente, siete de las ocho especies de tortugas marinas del mundo habitan en aguas mexicanas, todas catalogadas como en peligro de extinción. En el caribe mexicano anidan y se alimentan cuatro especies: la tortuga caguama, la tortuga de carey, la tortuga laúd y la tortuga blanca. Esta última es especialmente vulnerable a presentar una de las enfermedades infecciosas más preocupantes: la fibropapilomatosis. Una afección que impacta principalmente a las tortugas juveniles y cuya causa es multifactorial, lo que la convierte en una amenaza al futuro de todas las especies de tortugas marinas. A pesar de los esfuerzos legales y acuerdos internacionales, las poblaciones de tortugas marinas continúan enfrentando amenazas como la pesca incidental, la contaminación, la captura y el comercio ilegal. Su supervivencia dependerá en gran medida del compromiso
colectivo para protegerlas y conservar sus hábitats naturales