Resumen
El sobrepeso y obesidad son problemas de salud mundial que afectan a más de 2.5 billones de personas. Una característica distintiva de la obesidad es la acumulación de grasa corporal. El tejido adiposo es encargado de la regulación de la homeostasis energética del organismo, pero cuando este crece de manera acelerada y se acumula, su estructura y función cambian. Parte de estos cambios se debe a la insuficiencia en irrigación sanguínea, lo cual desencadena un proceso isquémico y una respuesta proinflamatoria en el tejido adiposo. En respuesta a esto, la vasculatura establecida recibe señales que la incitan al crecimiento. Los nuevos vasos sanguíneos crecen de manera inestable, magnificando el ambiente proinflamatorio en su entorno. Por lo tanto, en estado de obesidad, se considera que se padece de una inflamación crónica.