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Resumen

Hasta el momento, nuestra interacción con el entorno natural ha dado lugar a una crisis civilizatoria que amenaza la supervivencia tanto de nuestra especie como de otras más. Este ensayo invita a reflexionar sobre la educación ambiental, a través de la perspectiva de un alumno de ingeniería ambiental, proponiendo la relación entre emoción y conocimiento como forma emancipadora de la educación. Se propone que los  entornos naturales pueden ser utilizados como espacios educativos, donde los alumnos puedan experimentar emociones que despierten su curiosidad y les permitan adquirir conocimiento a través de las diversas manifestaciones de estas emociones. Además, propone reconsiderar el papel del docente en la educación ambiental, a través de la búsqueda de la forma más efectiva para restablecer el vínculo humano-naturaleza, abogando por una postura humilde que fomente la libertad creativa y respete los intereses y expresiones individuales de los alumnos.